miércoles, 11 de marzo de 2009

Un Duque en la Condal (tenía que acabar mal)



Andaba el Duque de Bemol
por tierras muy polacas,
cuando un intenso dolor
y las ganas de hacer cacas
le dejaron blanco y frío, con las cejas enarcadas, en arcadas.

Oxigenan al espaniol
creyéndole indigestat
o invadido por gran sopor
de tanto acento recargat.
Pero el caso es que algún riñón le estaba a punto de explotar.

Retorcido en la habitación
apretaba bien los dientes,
y buscaba solución
para tanto inconveniente.
¿Era suyo el calor, o aumentaba alrededor la temperatura ambiente?

Transportado en ambu-Lancia
sin sirenas en el techo,
recorría gran distancia,
superaba todo un trecho.
Y el vicioso deliraba con sirenas de amplios pechos (se obcecaba en el derecho)

La enfermera de la aguja
confesaba compungida
que ese equipo tan granuja
blanqueaba más su vida.
En la tele varios goles, y en el brazo a borbotones cantidad de sulfamida.

“¡El día de la Marmarosa!”
pensó un becario en recepción
cuando el Duque de Marmota
volvió a pedir su habitación.
Ya dormido y sonriente, daba vueltas a esta historia y la soñaba en nuestro blog…

2 comentarios:

A las 13 de marzo de 2009, 12:45 , Blogger Duque de Marmarosa ha dicho...

Lo más penoso fue oir al Doctor
- Vamos, esa pidra es una birria.
Marma-rosa (¿Stone Roses?) hará caso a su sabio padre:-Bebe mucha agua, pero recuerda, con un poco de wisky se disolverá mejor. Obediente seré. Gracias por vuestro interés.

 
A las 18 de marzo de 2009, 12:23 , Blogger Duque de Mercurio ha dicho...

Casi estaría dispuesto a contraer unas pertinaces pero muy pasajeras cuartanas para que como al ya repuesto Duque Bemol me compusieras una oda como procedimiento medico para el restablecimiento. Y es que la envidia me corroe como un ansia viva, pero lo de contraerlas no va a se hoy, va a ser ………………

 

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