domingo, 14 de diciembre de 2008

One and one don´t make two, one and one make one (II)


... Mi situación mental era lo que en realidad me preocupaba, cómo aprender a vivir con algo ajeno. Es guapa, sus rasgos parecen orientales. Me fui a Coímbra por motivos de trabajo y allí mi angustia fue in crescendo a medida que recuperaba la consciencia perdida y valoraba con serenidad las consecuencias de la noticia. Poco a poco mis sentimientos se fueron acercando a los de ella, hasta llegar a tocarse (incluso a tangenciar como dijo un pajarito) para decidir conjuntamente que era lo mejor. Volví a decaer entonces y los siguientes días me mantuve en una preocupación constante, hasta que busqué el sosiego en sus palabras, mucho más entera que yo. La decisión estaba tomada, no había vuelta atrás, lo habíamos confirmado, sería que sí. Ahora daba paso a la siguiente sección del programa...

1 comentarios:

A las 15 de diciembre de 2008, 20:13 , Blogger Duque de San Chorlo ha dicho...

Supongo que en tu cabeza tienes al menos parte del desarrollo del relato. Por la mía pasan varias posibilidades, de las que voy a elegir una, aún corriendo el riesgo de echar tierra abajo tus intenciones.

 

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