sábado, 18 de abril de 2009

Especial Fabra


El encierro de la pasada tarde-noche dio, la verdad, poco juego. El animal, al sentirse herido, embistió a tarascadas, fue re-soso, no salió de sus terrenos ni un instante. Aún con eso la terna (o la trinidad), haciendo gala de su oficio y saber estar, se lució en los quites al alimón... El marmolillo se acochinó en las tablas de la doctrina con derrotes al trapo que le enseñábamos (por cierto de paño de buena clase) y apencado en su tendido 13 emprendió arreones fuera de casta que en ningún momento alertaron a los matadores. Éstos mostraron a la galería el temple que les ha encumbrado, llevándolo a las afueras, pero el manso se rajaba una y otra vez pidiendo a gritos la suerte final. Fue en la suerte contraria (como correspondía a semejante bravucón) y a pesar de no llegar a hocicar el muy receloso, recibió una certera greguería en todo lo alto que entró hasta la bola, dejando amorcillado al animal, del que se espera que en el día de hoy pueda aún soltar algún derrote. Aún así, muere sin puntilla, como guinda final a una faena de posiblemente dos orejas, dadas las dificultades que ha ofrecido el de la ganadería Azaña Persistón. La aseada cuadrilla, muestra en sus intactos vestidos la escasez de lucha presentada por el mansurrón; enjuagan sus gargantas con agua plateada y son enarbolados, con el beneplácito de la presidencia, en volandas por la afición. Las mulillas que hoy se engalanan con sordos cascabeles, arrastran a la dogmática bestia entre abucheos del respetable, para desaparecer del ruedo bajo el más absoluto escarnio. Ya muerto el amohinado bicharraco, sólo queda una morena por consolar. (DuMa, DuChor)

lunes, 6 de abril de 2009

Querencias




Este año será más difícil que vuelva aquél escalofrío a la plaza, y que en la Puerta Grande se grite, se empuje, se sude por tocar al maestro. Pero tenemos que alegrarnos todos porque los beneficios del empresario José Antonio Martínez Uranga no se van a ver mermados. Dice este modelo de gestión que los toreros piden demasiado dinero. En un sencillo ejercicio matemático se lamenta de que el día que torease José Tomás no le sale la cuenta (el de Galapagar pide 420.000 euros, cuando la máxima recaudación diaria es de 438.000). Para el resto de carteles no explica el balance y tampoco habla en su “suma y sigue” del precio de los derechos de televisión. Así que la sabia decisión es fácil: prescindimos de Tomás, Aparicio y Ponce (este último por primera vez en 20 años) y aseguramos un resultado económico fetén.

Ahora resulta que hay que irse a Barcelona para ver a José Tomás torear gratis y a U2 tocar entusiasma-dos. Ahora resulta que hay que quintuplicar beneficios en Las Ventas del Espíritu Santo donde el primer festejo que se celebró tenía como objetivo recaudar fondos para los más pobres del foro.

José Tomás, ven a torear a Santa Cruz de Velaan, donde ya has sido proclamado Santo Patrón.

“Choperita”, me recuerdas a Joaquín Camargo “el Vivillo”, empresario de la Plaza de Andujar por una tarde.